Dios entendió con este gesto que le daba una oportunidad y le envió a un angel. Al llegar, allí estaba, sentado entorno a aquella mesa, disfrazado de pirata.
Se sintió atraída por aquellos expresivos ojos oscuros y una sugerente sonrisa. Inocentemente se sentó a su lado y pidieron champagne.
Una hora más tarde ya estaban en la bañera compartiendo el agua tibia."
-Orador, orador ¿y el angel?.- Interrumpió aquel oyente.
-"¿El angel?, jajajaja; ¡pregúntale al pirata!"
Boas noites.
20570
1 comentario:
¡¡Menudo pirata!!, que bien le hizo el cuento a la pobre suicida para llevarla a la bañera.
Por cierto ... ella ¿sigue viva?.
Saludos genio.
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